viernes, 27 de marzo de 2015

Trastorno de Integración Sensorial. Ese gran desconocido

Hace poco, cuando estaba haciendo una entrevista de trabajo, salió durante la conversación el siguiente concepto: Trastorno de Integración o Procesamiento Sensorial. Realmente sabía más o menos lo que era pero nunca había presenciado un caso en vivo y en directo ya que es un trastorno muy difícil de detectar y diagnosticar.

Concepto de Integración Sensorial: Es el proceso neurológico de procesar la información que percibimos de nuestro cuerpo y del entorno que nos rodea. Esto ocurre en el Sistema Nervioso Central, que es el responsable de procesar esta información. Es decir, cuando nuestro cerebro procesa de forma correcta la información sensorial, respondemos de forma automática y adecuadamente a los estímulos.

Para que quede más claro, el Sistema Nervioso actúa como un policía de tráfico, ya que recibe todas las sensaciones y se encarga de dirigirlas hacia el lugar adecuado y generas respuestas correctas.



¿Pero qué sucede cuando hay una problema relacionado con el procesamiento sensorial?

El niño puede tener respuestas a los estímulos de forma muy exagerada, por ejemplo, no tolera el tacto de cierto alimentos en la ropa o elementos en la ropa como las costuras o las etiquetas. Muchos podéis pensar que a todo el mundo le pasa esto, pero no, imaginaros que os ponen una tirita en la piel. Las personas sin ninguna alteración en el procesamiento sensorial se la sacarían de un tirón y sin a penas sentir dolor, pero una persona que padezca este trastorno siente como que le están rascando muy fuerte con un tenedor en la piel.

Por otro lado, también es común la falta de coordinación motora gruesa y/o fina, ya que el niño puede estar moviéndose de forma hiperactica durante un período de tiempo, como de pronto estar moviendose lentamente.

No sólo produce problemas a nivel físico, si no que también se detectan problemas en el lenguaje y un bajo rendimiento escolar por falta de concentración, al igual que tener problemas conductuales resumidos en impulsividad y distracción. Lo más curioso de este trastorno y lo que lo hace realmente difícil de captar es que estos niños no saben adaptarse a situaciones nuevas ni tampoco saben los que es "socialmente correcto".



Las características que pueden tener estos niños son:

  • Hipersensibilidad al tacto
  • Hipersensible ante los estímulos
  • Nivel de actividad muy alto o muy bajo
  • Problemas de coordinación
  • Retraso en el aprendizaje académico
  • Dificultades para aprender ciertas cosas como coger unas tijeras o atarse los zapatos
  • Baja organización conductual
  • Baja autoestima
  • Retraso en la adquisición del lenguaje
  • Comportamientos problemáticos

Como se mencionó anteriormente, es un trastorno muy difícil de detectar  diagnosticar ya que tiene un porcentaje muy bajo de aparición y puede confundirse con otros trastornos como el Autismo o el TDAH. De hecho, el TPS está dentro del espectro autista al tiempo que esta fuera.

Entonces, sabiendo esto, qué es lo que se debe hacer. Se ha comprobado que la Terapia Ocupacional da unos excelentes resultados. Esta Terapia usa la Dieta Sensorial como la herramienta más efectiva para tratar a los niños con este trastorno, y no es nada más y nada menos que una serie de pautas para la escuela y para los padres, con el objetivo de regular y equilibrar el Sistema Nervioso. Es como entrenar de cero nuestro sistema y así enseñarlo a responder adecuadamente a los estímulos.



Obviamente, dentro de esta estupenda dieta se trabajan muchas categorías y se refuerzan aquellas más esenciales dependiendo de cada niño, consiguiendo así unos resultados notablemente visibles a largo y corto plazo.

domingo, 15 de marzo de 2015

Azul marino, como el mar cuando está picado

Aún me acuerdo de la primera vez que lo vi. Dos personas totalmente ajenas a lo que sucedería unos años después. No sé cómo explicarlo, pero ese día algo pasó desapercibido en mi cuerpo, en mi cabeza; simplemente me saludó y mirándome de arriba abajo dijo mi nombre. Ambos estábamos con nuestras parejas aquel día y cuando las presentaciones formales acabaron cada uno siguió su vida como si nada hubiera cambiado o como si nada fuera a cambiar. Sin embargo, la vida estaba planeando algo para nosotros sin que nosotros supiéramos nada.

Muchas cosas pasaron desde aquella fiesta donde la gente se empapaba en vino y se rompían las camisetas unos a los otros, y cuando lo vi por segunda vez algo en mi interior volvió a encenderse aunque no lo reconocí. Le miré a los ojos cuando me explicaba que era novato en la universidad a la que yo iba y observé detenidamente su cara cuando me preguntaba cómo funcionaba el sistema de evaluación. Estaba nervioso, seguramente por ser su primera vez en una universidad como la UNED, pero yo también lo estaba; no sé porqué, creo que era su presencia, el miedo a que se acercara más a mí y que lo que se había encendido en mi interior explotara. Creo que él no lo sabe, pero ese día lo busqué mientras hacíamos el examen y no podía parar de mirarlo, había algo en él que me desconcertaba. Las dos horas del examen terminaron y él desapareció como si nunca hubiera estado allí, así que una vez más me fui a mi casa pensando que no había probabilidad ninguna de volverlo a encontrar, pero algo me empujaba a buscarlo, a descubrir quién era y así ocurrió. Los dos nos buscamos mutuamente hasta que nos encontramos en las redes sociales y nos dimos cuenta de que ya nos habíamos visto una vez e incluso dos en un centro comercial, así que esa había sido nuestra tercera vez.

Me engañaría a mi misma si dijera que el destino no nos ayudó a que todo sucediera tal como sucedió. De ahí a un año y medio mi pareja me había dejado y por arte de magia recibí un mensaje de él… No sé cómo sucedió pero ahí estaba, un mensaje en mi teléfono preguntándome cómo iba todo. Empezamos a hablar de las cosas que habían sucedido desde la última vez que nos habíamos visto, y a ambos nos habían pasado cosas de esas que dejan cicatrices en el alma, donde nadie puede verlas. Con el paso de los días, las conversaciones eran más largas y uno de esos decidimos quedar para estudiar en la universidad. Fue realmente ahí donde empezó todo. Suena extraño que todo pueda comenzar en una biblioteca donde todo el mundo está estudiando y el silencio es el máximo anfitrión del lugar. Aún así, yo podía escuchar su respiración a mi lado y poco a poco, sin darnos cuenta si quiera de lo que estaba sucediendo, nuestras sillas se pegaron la una a la otra y nuestras manos se juntaron por primera vez. Suena hasta romántico, a pesar de que en el fondo, los dos sabíamos que nuestra historia sería de esas que jamás se olvidan pero no continúan.

A raíz de esa tarde, quedamos una noche para pasear y aunque sabíamos que cada roce era una chispa entre nosotros, decidimos veros igual y dar rienda suelta a lo que el cuerpo nos pedía. Si soy sincera, no sé si fue lo mejor que hice o si en realidad fue bueno lo que pasó, pero el primer beso que me dio, y todos los que vinieron después, las caricias y las aventuras, se me tatuaron en el corazón para siempre.


No tuvimos una relación de ir a cenar a restaurantes, ni siquiera fuimos al cine alguna vez. Tampoco éramos capaces de no estar desquiciados el uno con el otro sin tener un motivo aparente, pero fue bonito y fue perfecto mientras duró. ¿Lo quise? Estoy segura de qué más de lo que yo misma creo y seguramente más de lo que él a mi me quiso; pero eso ya no importa… Me gusta pensar que se acuerda de mí cada vez que se sube al coche o cada noche al dormirse. Me gusta pensar que el sintió al menos una cuarta parte de lo que yo sentí por él y que aunque el tiempo pase sea capaz de dedicarme algún pensamiento por pequeño que sea.

martes, 10 de marzo de 2015

Respira hondo y 10, 9, 8, 7, 6, 5, 4, 3, 2, 1, 0

Hoy ha sido un día muuuy largo, y es que cuando los niños se levantan con el pie izquierdo, como se suele decir, no hay manera. 

Empecemos por el principio: Ayer por la mañana me encontré que el niño más pequeño al que cuido (7 años) estaba sentado en el sofá viendo la tele; esto a las 6:30 de la mañana cuando yo los suelo despertar a las 7 en punto. Cuando le pregunto qué es lo que le pasa y porqué ha madrugado tanto me dice "que se despertó a la 1:30 de la mañana porque no se sentía bien y que ya no se volvió a dormir". Yo sabía que había estado el fin de semana constipado y el lunes vi que se tocaba mucho la garganta y que estaba irritado cuando alguien hablaba un poco alto, así que le dije a la madre que tenían que llevarlo al médico ya que podría tener algún tipo de infección. Y sí, el pobre tiene infección de oído así que lo han tenido que medicar.

Ahora al asunto... Como está enfermo está muy irritado y es muy sensible a cualquier comentario que le hagan los hermanos (8 y 11 años). Esta mañana, el hermano mayor le pegó y le llamo "viejo prematuro", por lo que bajo llorando a buscarme y aún por encima, se golpeó el dedo meñique contra la pata de una mesa... Vaya, un auténtico espectáculo de llantos y sollozos. Al mismo tiempo, en el piso de arriba, se avecinaba una tormenta ya que el hermano mayor empujó a su hermana y se pelearon verbalmente, aunque como todos os podéis imaginar no fue un diálogo tranquilo.

Sinceramente, no sabía dónde meterme con tantos lloros y gritos al mismo tiempo. La perrita de la familia miraba hacia a mi como diciendo "Eh! A mi no me mires, ese es tu trabajo"


¡¡Tierra trágame!!


Pues allá me fui dispuesta a intermediar en el asunto: los senté a todos en el sofá y les dije que a partir de ahora en esta casa habría una asamblea en la quién tuviera "el rotulador de la paz" tendría la palabra y debería expresar sin insultar y sin faltar al respeto lo que sentía y los demás deberíamos escuchar sin interrumpir. Así que como no hubo voluntarios para empezar (obviamente) lo hice yo, y les dije que estaba muy decepcionada con ellos, que no me esperaba un comportamiento así después de haberles repetido muchas veces que las cosas se hablan y que entre hermanos no deben pegarse.

El silencio me pareció infinito, pero el pequeñito cogió el rotulador de la paz y dijo que él no quería molestar a su hermano mayor, que sólo le pregunta cosas que no sabe (este niño está diagnosticado con TDAH). Los otros dos no dijeron ni mu así que me los lleve al cole y cada uno en una punta de la acera y sin hablarse.

Llegué a mi casa totalmente abatida porque aunque esto es el pan de cada día cuando cuidas niños a veces sientes un fracaso interior por creer no haberlo solucionado mejor. Más tarde, le comente a una amiga que vive en España lo que me había pasado y me dijo que si llega a ser ella los ponía a ver la tele y listo... Así que me siento orgullosa de que mis medidas educativas sean algo más elaboradas.

Sobre todo, porque creo que la educación hace mejor a las personas y es necesario usar técnicas nuevas que no salirse por el camino fácil :)

viernes, 6 de marzo de 2015

El despertar de las Nannys

Ahora que las luces se apagan, y ya no suenas risas ni se oyen ruidos de pequeños pies correteando por la casa, es cuando puedo escribir. He de decir que, a estas alturas, el sonido de la tranquilidad y el silencio me parecen desoladores. Me hace recordar la película Hijos de los hombres, aunque obviamente no tan desgarrador. 

Cuando hice mis maletas y me vine a Londres, empecé a buscar trabajo de Nanny como quien busca piedras en la playa. Pensaba que era el mejor trabajo que podía tener porque, en fin, no es hostelería ni tampoco 45 horas a la semana haciendo dobles turnos y oliendo a brasas. No, esto más bien son horas de películas de Disney, manos llenas de purpurina y un olor como a toallitas de bebé, aunque no haya ningún bebé. Pero tienen sus cositas... En realidad, creo que lo principal es que te gusten los niños porque cómo le digo yo a las madres,"si la Nanny es feliz, los niños son felices", y esto es algo recíproco. 

Empiezas este trabajo intentando sobrevivir al gran juicio indiscutible de los niños y terminas yéndote a casa con tres abrazos y seis besos. Miro como duermen y no puedo evitar sonreír, es hasta irónico, porque no son nada mío, es mi trabajo... Pero en el fondo, en fin, son algo míos: los protejo cuando hace falta, me salto la comida y voy corriendo al colegio cuando están enfermos, les recuerdo llevar sus PE bags (bolsa de deportes) y sus snacks todos los días. Parece algo imposible, que en dos meses y medio que llevo con mis tres niños estoy empezando a notar que me dolerá la marcha.


Quería abrir este nuevo apartado "Mi vida como Nanny en London" contándoos mi día de hoy. Veréis, normalmente trabajo de 6:30 - 8:30 por las mañanas y después por las tardes depende un poco de las actividades que tengan los niños (hockey, football, netball, etc.), pero hoy concretamente empezaba mi jornada de tarde a las 3.45. La pura verdad es que cuando se encuentra trabajo de Nanny, una se piensa que tendrá sus horarios fijos y los fines de semana libres, pero esto, nada más lejos de la realidad, no se cumple. Y es que a partir de que entras a formar parte de una familia eres oficialmente la segunda mamá de los niños, y esto no es que lo diga yo. Esto e lo dicen los padres cuando empiezas a trabajar con sus hijos.

Esta tarde pensé: "¡qué bien! es viernes, así que voy a sentarme a ver una serie y a comer tranquilamente".. Sin embargo, suena el teléfono y ahí mis instintos de Supernnany me dicen que tengo trabajo y que no me da tiempo a comer. ¡Qué gran verdad! Tuve que ir a buscar a dos de los niños al colegio (tened en cuenta que el bus que puedo coger pasa cada 30 minutos, así que si mi app del móvil me dice que quedan 7 para que pase el bus, no puedo perder tiempo para comer). Uno de ellos, el más pequeño y el que está diagnosticado como TDAH, tenía (y tiene) fiebre y estaba congestionado y la otra que le dolía (y duele) la barriga. Eso sí me he tragado las películas "Una cenicienta diferente", "Bingo, el perro" y "Ice princess".


Sí, este es Bingo, un super perro que recorre de cabo a rabo todo EEUU para encontrar a su mejor amigo humano


Durante el transcurso del día de hoy, he estado realmente preocupada por ellos y seguramente me la llevaré a casa. porque acabas siendo parte de la familia aunque no lo tengas planeado. Tendré que pensar cómo despedirme dentro de tres semanas, haciéndolo lo mejor para ellos y para mí. Ahora, sólo me queda salir a las frías calles de Londres y volver a casa :)


jueves, 5 de marzo de 2015

Se hace camino al andar

Una vez, mi padre me dijo: "La vida es un camino, y como en todos los caminos te encuentras piedras con las que te tropiezas y te caes, pero debes levantarte una y otra vez, siempre"

Es una frase curiosa, no todo en esta vida se puede explicar de una manera tan precisa y contundente. Más bien, todo es una maraña de situaciones, personas, acontecimientos, sentimientos, etc. entrecruzándose entre sí y complicando cada paso que damos en nuestro camino. No es nada extraño pensar en la vida como un gran camino, ya que a cada paso que das o cada año que pasa eres diferente, ya no queda nada de tu yo pasado, si no que van formando cada día un nuevo yo.



"No existen caminos difíciles, si no viajeros cobardes"

Nadie nos advirtió nunca de que la vida era un camino angosto lleno de dificultades que superar, y no sólo existen en tu camino las piedras que la propia vida te pone, si no las que otras personas dejan ahí para ti e incluso las que tú mismo te pones en ciertos momentos en los que no eres capaz de mirar hacia adelante y avanzar. La realidad es dura y a mi siempre me han dicho que cuando la vida te pega, lo hace fuerte. Sin embargo, nunca me ha gustado pensar en la vida como mi enemiga, ya que ambas compartimos el mismo camino, somos compañeras de viaje y a veces aunque parezca que te está hundiendo puede estar dándote una oportunidad para hacerte mejor persona, más fuerte.


Todo depende de eso, de perspectiva, de decisiones que tomar, de errores que cometer. No importa si la puerta que abres para continuar tu camino es la equivocada, no debes mirar atrás, porque aunque esa no sea la puerta que mejor te convenía te hará aprender algo nuevo que jamás aprenderías de otra manera. Pensar que delante de ti hay miles de puertas y piedras esperándote, se hace, como poco, desesperanzador, pero ¿y si cada puerta que abres, cada piedra con la que te tropiezas, cada caída o cada golpe, te hacen aprender y crecer? Al final no es tan mala la decisión tomada, el error cometido, sabremos algo sobre nosotros mismos que nadie más sabe, es como tener un secreto con la propia vida.



Es interesante como se cruzan los caminos, cómo la puerta que abrimos coincide con la que otra persona ha abierto, cómo cerramos las puertas que otros más tarde abrirán y como recorreremos parte del camino de la vida de otros. Puede que sea difícil y que en mitad de nuestro sendero no queramos continuar, pero debemos levantarnos, una y otra vez, porque cómo dice el vídeo que os dejo a continuación tenemos "más de mil palabras, más de cien motivos, para no cortarnos de un tajo las venas".



Más de cien palabras, más de cien motivos

para no cortarnos de un tajo las venas.

Más de cien pupilas donde vernos vivos.

Más de cien mentiras, ¡qué valen la pena!

martes, 3 de marzo de 2015

Realidad en fotografías ocultas

Queremos estrenar este apartado de Sociedad con un artículo que realmente podría llamar la atención de cualquiera. ¿Qué pensaríais si un día haciéndoos fotos por la calle descubrís que la gente os mira de forma desagradable o se burla de vuestro aspecto físico? La fotógrafa Haley Morris-Cafiero es la protagonista de una situación social que está extendida mundialmente.

Así que vamos con la historia, que podéis ver mucho más extendida en la página de upsocl: http://www.upsocl.com/diversidad/esta-mujer-parece-ser-la-protagonista-de-la-foto-pero-mira-mas-alla-la-realidad-es-repugnante/. Haley Morris-Cafiero es una fotógrafa que empezo un proyecto profesional en el que se fotografiaba a ella misma en escaleras de la famosa Times Square. Fue allí donde se dio cuenta de que algo extraño había en sus fotos, y digo extraño porque aunque es algo común hoy en día, no deja de ser un comportamiento un tanto desquiciante: Una mujer estaba haciéndole una foto a un hombre que estaba burlandose de Haley.


Haley Morris-Cofiero es la mujer que esta sentada con una prenda de ropa verde entre sus manos


Junto con esta foto, nuestra protagonista decide hacerse más fotos en público para ver la reacción del resto de la sociedad, ¿y qué es lo que sucede? Las evidencias tomaron forma y en cada una de ellas se veía a alguna persona haciendo burla del físico de la fotógrafa o mirándola con desprecio. Y es que estamos rozando límites (si es que no los hemos cruzado ya) en lo que se refiere al cuerpo de las personas, apoyando seriamente la delgadez extrema.




En un mundo como en el que vivimos hoy en el que casi todas las ídolos adolescentes defienden cuerpos  demasiado delgados e incluso marcas de ropa famosas se niegan a hacer tallas grandes para cierto porcentaje que las usa de la sociedad, es muy difícil encontrar conductas opuestas a las que vemos en las fotos de Haley Morris-Cofiero.

Esta joven profesional de las fotos ha declarado que se encuentra muy interesada en este tipo de reacciones en nuestra sociedad y por ello seguirá haciéndose fotos y publicándolas en su web: http://www.haleymorriscafiero.com/


Fijándonos en el comportamiento social, resulta algo violento el hecho de que seguramente muchas de estas reacciones se producen de forma inconsciente, pero es que la publicidad, entre otras, nos está "motivando" a rechazar a aquellas personas que se alejan de lo que socialmente está bien visto. Sin embargo yo no puedo evitar preguntarme qué es lo que nos hace seguir estos cánones de belleza, que en sí mismos, son imposibles de alcanzar, ya que no existen. Nos venden un producto inexistente, ya que, como se ha mostrado en muchas campañas de belleza, las modelos no tienen poros en la piel, cosa científicamente imposible... Es esa arma de doble filo llamada Photoshop la que a muchos los tiene engañados.
Y aunque no parezca un tema importante lo es, ya que en la adolescencia tanto hombres como mujeres pueden verse condicionados por estas apreciaciones ya que la inseguridad y la autocrítica es el pan de cada día. ¿Quién no se ha sentido alguna vez acomplejado por algo? Obviamente, para mí la solución está en la educación y en el conocimiento de que más allá de lo que ven nuestros ojos hay más mundo.

Hemos llegado al punto de que casi todo desprestigia nuestro cuerpo a nivel profesional: si estas entrada en carnes puedes no ser contratada ya que lo "propio" es que tengas un cuerpo medianamente bien para que te vean como una profesional reputada, o que si llevas algún tatuaje otro tanto de lo mismo. Aquí podéis ver la campaña que ha llevado a cabo el Canal 15 bajo el slogan Los tatuajes no te hacen menos profesional: https://www.facebook.com/CANAL15NIC/posts/895801260465028



Todos somos diferentes, es algo que cabe recordar y transmitir, y nadie se merece ser juzgado a simple vista :)




Miedo y fobias infantiles. Qué son y cómo superarlos.

Todos, como personas individuales, hemos tenido o tenemos fobias o miedos. Parece que cuando uno llega a la madurez tiene  más recursos para afrontar dichos trastornos, pero ¿cómo puede hacerlo un niño en su etapa infantil?


Para poder detectar una fobia o miedo infantil, primero debemos saber cuales son sus características:

  • Pues bien, los miedos infantiles son transitorios, es decir, no duran toda la vida ya que al madurar, estos remiten gradualmente. Por este motivo, La Asociación Americana de Psiquiatría (http://www.psychiatry.org/) nos exige que para diagnosticar dichas fobias es necesario que perduren un mínimo de 6 meses.
  • Por otro lado, son leves. Esto no quiere decir que no sean importantes, si no que no son equiparados a los miedos adultos. Las respuestas de los niños ante los pensamientos negativos es menor que la de los adultos, y por ello el trastorno es menor.
  • También son evolutivos por lo tanto, aparecen, alcanzan su máximo esplendor y desaparecen.


Debemos diferenciar entre aquellos miedos que son evolutivos y que desaparecen con la edad, de aquellos que tienen una naturaleza clínica, que perduran en la madurez y que necesitan tratamiento psicológico.

Los miedos y fobias infantiles, no sólo producen un malestar psicológico en el niño, si no que también hay reacciones psicofisiológicas (aumento del pulso, respiración acelerada), conductuales (evitar las acciones que le producen miedo o dejar de hacerlas, alteración del comportamiento) y cognitivas (pensar que el estimulo que le causa el miedo es una amenaza, expectativas de daño). Esto es lo que se le llama El sistema de triple respuesta que es muy común en la ansiedad infantil. Para poder entender mejor este sistema y detectar estas respuestas problema, os dejamos una tabla con algunos ejemplos:


Psicofisiológicas
-          Sudor en temperaturas normales; frío en la espalda
-          Presión arterial alta; respiración acelerada; pulso irregular
-          Espasmos; entumecimiento
-          Sensaciones de ahogo; suspiros

Conductuales
-          Cambiar la ruta a la vuelta del colegio para evitar al perro que hay en la casa que le queda de camino
-          No acudir a los análisis de sangre
-          Voz temblorosa; rabietas
Cognitivas
-          Situación amenazante: “Ese perro es muy peligroso”
-          Inferioridad: “Soy débil”
-          Evitación: “No voy a ir al médico”
-          Preocupación:  “Y si me desmayo en el médico”
-          Expectativas de daño: “La pincha me hará daño”


Obviamente, las situaciones son infinitas pero fácilmente detectables ya que trastocarán la vida rutinaria de la familia, y la estimulación de estos miedos puede ser externa (animales, sangre, ascensores, etc.) o interna (vértigo, preocupación, etc.)

No vamos a entrar en detalles sobre los diferentes tipos de fobias y miedos que existen, pero si es importante tener en cuenta de que hay una serie de estimulantes que provocan que los niños generen sus miedos. Antropológicamente, el ser humano está "programado" para responder de una manera fóbica a los estímulos que amenazan contra su supervivencia, y esto es algo que todos llevamos implícito en nuestra naturaleza. Por otro lado, como padres estamos dispuestos a proteger a nuestros hijos de lo que sea y en ocasiones esto supone una sobreprotección que hace a los niños más vulnerables. A modo de ejemplo: Es muy común que los niños esten absortos en las maravillas que les rodean y quieran investigarlo todo. Por ello, cuando vemos que nuestro hijo o hija se acerca a un perro que ve en la calle, reaccionamos de una manera exagerada utilizando frases como "no te acerques, es peligroso" o "¿No ves que puede morderte?"


Un buen método es preguntarle tranquilamente al dueño del animal si es seguro tocarle y si lo es, guiar al niño hacia un contacto. Por el contrario, si el dueño no lo recomienda es mejor decirle al niño que al animal no le gusta que lo toquen y que tiene que respetarlo. Así, podemos evitar futuros miedos o fobias relacionadas con los animales. Os recomiendo este post sobre qué hacer en estas ocasiones: http://www.mundoperros.es/%C2%BFque-hacer-cuando-se-acerca-un-perro-extrano/

Por otra parte, la observación puede llegar a provocar miedos y fobias en los niños. ¿Cómo puede ser esto? Pues es tan sencillo como el hecho de que un niño vea, por ejemplo, películas o series en las que animales, objetos o personas son moldeados para parecer terroríficos. Incluso, se pueden generar fobias al observar una situación negativa por la que está pasando un adulto, como ver a uno de los progenitores asustarse ante algo.

¿Cómo puedo hacer que mi hijo o hija supere sus miedos y fobias?

Obviamente, antes de poner en práctica cualquier intervención se debe acudir a una consulta psicológica en la que un profesional pueda guiar las técnicas adecuadas en cada caso. No debemos olvidar que todas las personas son únicas y diferentes, y por lo tanto cada uno reacciona de diferente manera ante distintos estímulos.

Bien, vamos a mencionar varias técnicas, que en nuestra opinión, son efectivas y divertidas para el niño:

  1. TÉCNICA DE LA TORTUGA
Es una técnica muy efectiva para las famosas rabietas infantiles, ya que se trata de un juego en el que se le pide al niño que cuando se le diga la palabra clave "tortuga", imagine a una tortuga que se esconde dentro de su caparazón, y una vez allí, cerrando los ojos y relajando la musculatura, busque alternativas para solucionar la situación por la que está pasando.


Postura de la tortuga


  2. RELAJACIÓN:

Hay muchos tipos de relajación, pero las más utilizadas son la relajación muscular y la respiración. Dentro de la Respiración hay numerosas técnicas que poner en práctica, como son El globo, en el que el niño se convierte en un globo que se hincha y se deshincha para conseguir un estado de relajación, o El tazón de Colacao, técnica grupal en la que se les pide que imaginen que tienen un tazón calentito de Colacao entre las manos y que a través de la respiración jueguen con el humo que desprende ese agradable tazón. 

Como ejemplo de relajación muscular nos encontramos con la actividad Tan duro como una piedra tan ligero como una pluma, en la que el niño usará la tensión y la destensión para relajar sus músculos. 


  3. IMAGINACIÓN GUIADA:

!Qué tan poderosa es la imaginación! Y es que es un arma muy poderosa y muy útil en el tratamientos de muchos síndromes y trastornos.

Esta técnica pretende comunicar el cuerpo y la mente utilizando todos nuestros sentidos junto con el movimiento para alcanzar un estado de relajación. Se trata de crear imágenes mentales de ocio y placer que conduzcan al niño a la relajación.


Os recomiendo leer para más información, La relajación para los niños, material recogido por Blanca Mas Hesse y Belén Marina Gras para el curso de Terapia Cognitivo Conductual en la Infancia y la Adolescencia. 


Por último, recalcar que también se pueden usar técnicas como La economía de fichas o el modelo ABC para niños.




lunes, 2 de marzo de 2015

Muñecos rotos

Muy poca gente sabe lo que es el dolor, el de verdad. Ese que nubla la vista y reduce el alma a cenizas. Es un fuego devastador que lo destruye todo a su paso, ese que cuando decides levantarte te da golpe tras golpe hasta que vuelves a quedarte con él, obediente, sin el mínimo atisbo de compasión.
Yo sé muy bien lo que es el dolor. Llevarlo colgado al cuello como otra pieza de bisutería, sin que se note que está ahí. Durante el día, lo contengo, he aprendido a hacerlo… he tenido que hacerlo. Al principio me desgarraba, se abría paso en mi interior sin importarle que muriera desangrada. A él qué le importa eso, a mí qué me importa… si es lo único que puedo sentir. Me destroza el corazón todos los días, lo va consumiendo y cuando parece que ya no puede soportar más dolor, otra oleada más intensa lo traspasa dejándolo vacío, demostrando que él puede manifestarse como quiera y cuando quiera… sin límites.
Aprendí a mirar a la gente que me rodeaba y sonreírles, parecer feliz, ese es el precio a pagar y no es justo. Por qué tengo que fingir que soy feliz cuando me consumo día tras día, pesadilla tras pesadilla. Ah! Ya me acuerdo… alguien dijo eso de a mal tiempo buena cara. Pero qué sabrán ellos de malos tiempos, del dolor en estado puro, el dolor personificado… qué sabrán de mí. Me miran como si estuviera huérfana, pero cuando ven que consigo algo bueno para mí me miran como si la miraran a Ella… Y entonces vuelve el dolor. Ven en mí su reflejo, su pasado. Son como agujeros negros que lo absorben todo, que nunca se quedan satisfechos, se alimentan de tu dolor como si lo necesitaran para sobrevivir.
Si supieran las veces que le he abierto la puerta a Ella y a los hombres que traía a casa, todas las madrugabas que me levantaba para hacer lo que ella debería hacer y todas las noches que me he quedado despierta preguntándome por qué me hacía todas esas cosas… me obligó a crecer, a borrar todos los recuerdos de mi vida para poder empezar una nueva en la que ella no existiera… pero si existe. Ella está en todas partes mirándome, riéndose de lo malo de mis días y la veo temerosa como los niños ven en la noche sombras de personajes desdibujados. Esos monstruos no están ahí, al igual que Ella no está aquí… pero está dentro de mí. La veo en cada pesadilla, en cada lágrima, en todas las cosas malas de mi vida. En mis desamores y frustraciones, es como una ola que avanza y no se detiene ante nada, que quiere destruirme…  pero porqué… porqué sigue queriendo hacerme daño.
El dolor es tener miedo, pero no de ese miedo que pasas cuando ves una película de terror o cuando oyes ruidos extraños en casa, es un miedo continuo a romperte, a volver a caer en un pozo oscuro y húmedo del que sabes que no volverás a salir. Miedo a dejar de llorar por costumbre, a mirar al horizonte y no ver nada, olvidar lo que es que alguien te abrace y te diga “no te preocupes, yo estoy contigo” y dejar que la soledad te lleve. Ese dolor no se va con terapia ni con gente que te quiera, se queda ahí como se quedan las cicatrices de las heridas más profundas, y cuando alguien o algo te hace daño vuelve a brotar para recordarte que eres frágil, que puede hacerte volver a empezar de cero si se lo propone.
Así es el dolor de verdad, oscuro e impasible, y lo único que puedes hacer es avanzar, poco a poco e intentar superar los obstáculos que te encuentras día a día… sonreír y creerte eso que te dice el vecino de que cada día estás más guapa, dejar que la gente entre en tu vida y pensar que se alegran por ti, aunque no sea cierto.

Desde que soy quien quiero ser voy muchas veces a mis sitios favoritos, la playa, el rio,… sitios donde casi nadie va en invierno. Me quedo allí mirando a ninguna parte y recuerdo porque soy lo que soy, porque sigo estando rota por dentro y porque nunca, en lo que queda de mi vida, estaré bien del todo… Y entonces me permito llorar lo que no he llorado desde la última vez, me permito odiarla hasta la saciedad, y es hasta enfermizo lo que siento hacia Ella… pero lo necesito. Necesito odiarla para no parecerme a Ella, contar todas las cicatrices que me ha ido dejando y aún me deja y memorizarlas, una por una, para no olvidar nunca más mis recuerdos.